Thursday, October 29, 2015
EL SANTUARIO DE PUQUILLAY.
Situación del santuario de Puquillay en Nancagua.
En las cimas de Puquillay, cuatro kilómetros al Sur de nancagua, sobre un hermoso pedestal de piedra canteada, de 6,50 metros de altura, con una pequeña capillita, se alza majestuosamente la Imagen de la Virgen Inmaculada, mirando dulcemente los Valles de Nancagua.
La estatua fue hecha en Francia, mide tres metros y es de fierro bronceado. La altura de la colina es de 100 metros sobre el nivel del valle.
El panorama que se divisa desde el cerro es impresionante: la Cordillera al Este, con sus picachos nevados; al Norte, los majestuosos cerros de Yáquil y Apalta; al pie, como inmensa alfombra cuajada de colores, el valle cruzado por las mansas aguas de los ríos Tinguiririca y Chimbarongo. En el cerro mismo, como centinelas del día y de la noche, mudas rocas y erguidos cactos, vigilan el lugar bendito.
Así es el Santuario... Un rústico cerro de trono para la Reina del Cielo, que con los brazos abiertos parece bendecir a todos sus hijos.
1904... Comienzos de un siglo de progreso para una Nación y para un pueblo tranquilo y laborioso, dormido como una sauce a las orillas de un río. Un campanario tañe sus campanas de júbilo al atardecer y los campesinos saludan a María con el Angelus... Un sacerdote piensa en la bendita Madre y en sus hijos espirituales. En el mundo entero se celebra el Cincuentenario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción.
El escondido amor del entonces Cura Párroco Presbítero Don Eufrasio Montero y el Cincuentenario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción fueron las causas para construir un Santuario a la Santísima Virgen María.
En la mañana del 8 de Septiembre de 1904, fiesta de la Natividad de la Virgen, se reunieron el párroco y los fieles para formar una sociedad, con el fin de embellecer el Templo y erigir un Monumento a la Virgen.
Se trataba de conseguir $5.000. Gran suma en esos tiempos. Se emitieron acciones de $5, cada una y las compraron 1.020 socios.
Mucho fue el entusiasmo... En cuatro meses se pintó la Iglesia y se construyó el techo. Y en el año 1905 llegó la Estatua de la Virgen a Nancagua. Fue traída de la Estación en una carreta, arreglada con banderas, la que tiraban hasta los niños y fue dejada al lado adentro del Templo Parroquial, en el mismo cajón que había llegado.
Al principiar el año 1906, en el día de la Epifanía del Señor, se bendijo la primera piedra con gran regocijo en las cimas de Puquillay, en el mismo sitio donde se erigía una Cruz de Madera.
He aquí el Acta de Fundación:
ACTA
En la puntilla conocida con el nombre de la Santa Cruz, perteneciente á los cerros de Puquillay, que separan los valles de Nancagua y Chimbarongo, á seis días del mes de Enero del año de gracias de mil novecientos seis, siendo Presidente de la República el Excelentísimo señor don Germán Riesco, Arzobispo de Santiago de Chile el Ilustrísimo y Reverendísimo señor doctor don Mariano Casanova, Intendente de la Provincia el señor don Juan Nepomuceno Ramírez de Arellano, Cura de la Parroquia el señor Pbro. Don Eufrasio Montero, Subdelegado don Juan de Dios Rivera Ojeda, Alcalde de la Comuna el señor don José Domingo Jaramillo, bendijo la primera piedra de este monumento á la Virgen Santísima ofrecido por la Parroquia de Nancagua en conmemoración del 50º aniversario de la promulgación del Dogma de la Inmaculada Concepción, el Pbro. Don Pedro F. Núñez, en presencia de numeroso pueblo y de las siguientes personas que sirvieron de padrinos y para constancia firman: Padrinos: E. Charme, Raúl Edwars, Antonio Huneeus, Juan Valdés O., José Luis Guzmán, Pedro N. Gálvez, J. María Silva V., Horacio Calvo, Alejandro Montes S., Raimundo Valdés Riesco, Severino Pereira, Salvador Barroz, Alejandro Campos, Esteban Morales R., J.S. Baeza, José B. Ugarte, Francisco Polloni, Madrinas: Amelia P. De Charme, Josefina J. De Edwars, Magdalena Valdés de Huneeus, María Riesco de Valdés, Rosalía Cruchaga de Calvo, Antonia S. De Guzmán. Lucinda P. Cotapos de Silva. Ana P. De Calvo, Hortensia Velasco de Montes, M. Teresa Freire de Valdés, Rosa Montes de Pereira, Teresa Beauchef de Barroz, sara S. De Campos, Micaela Cantín v. De Sanhueza, Ana M.R. de Morales, Pamela Sanhueza, Margarita Madrid, Dolores G. De Polloni.”
La catástrofe del 16 de agosto de 1906, dejó al pueblo en ruinas, sus habitantes llenos de dolor y miseria... Muchos sin hogar, otros sin seres queridos... la Parroquia se quedó sin su escuela y con el templo destruido. Los ánimos decayeron... El celo del Párroco se dedicó a remediar la tragedia de su feligresía.
Bastó más de seis meses para reanudar la obra comenzada. En marzo de 1907 los fieles levantaron una cruz de madera de nueve metros de altura, en la parte más elevada del cerro. Esto dio motivos para reiniciar los trabajos del monumento.
Una de las mayores dificultades era abrir una camino para subir la estatua y las piedras del monumento. Pero los feligreses se presentaron como operarios y sin remuneración alguna. En número de 100, a veces, fueron quitando piedra tras piedra, escollo tras escollo, para dar paso a la Reina.
En tres mese estuvo preparado el camino carretero actual, de unos 400 metros de longitud.
El 8 de Diciembre de 1907 fue llevada la estatua hasta la cima y el 30 de mayo de 1908 fue colocada con gran brillo y pompa sobre el pedestal. En los mese siguientes se puso la plancha de mármol con el nombre de los padrinos, se hizo una reja de fierro, se bautizaron las campanas, a la mayor con el nombre de Julia y a la menor Teresa.
El 15 de Agosto de 1908, Fiesta de la Asunción, se inauguró solemenemente el Santuario.
Desde esa fecha, año a año los fieles han multiplicado su fervor en la Reina del Cielo, quien, desde su pedestal de gloria, bendice los campos, sana sus cuerpos milagrosamente, resuelve miles de problemas no sólo en los corazones de los nancagüinos, sino también en las almas de todos los que acuden a cobijarse bajo su manto. En calamidades y sequías el corazón de la Madre de Dios está pronto para socorrer, en las enfermedades está pronta para servir.
Hoy podemos ver en el pedestal de la Madre de Dios, en el Santuario de Puquillay una innumerable cantidad de exvotos, que vienen a dar testimonio de los milagros y favores que ha operado en aquellos que con amor y devoción la veneran.
Bajo la administración del Cura Párroco de Nancagua, Pbtro. José Luis Castro Palomino (q.e.p.d.), el Santuario de Puquillay ha alcanzado un nuevo brillo, haciendo un mancomunado esfuerzo con los fieles de la parroquia se ha logrado hacer importantes avances de construcción en el camino y en la explanada del Santuario, lo que hace de este sitio un lugar de encuentro y oración cercano a Dios y a la más maravillosa de su obras, la belleza de los campos nancagüinos.
Wednesday, May 15, 2013
Imágenes de la Casa de la Municipalidad. Antigua Hacienda de Nancagua.
A inicios de los años sesenta Don Ramón Echeverría Caro inicia los trámites para comprar la Casa de la Hacienda de Nancagua, el Parque y las Hortalizas de la hacienda para que funcione allí la Municipalidad y pase a ser este el edificio consistorial. Dicha compra se concreta el 20 de julio de 1962 y durante ese mismo año se inician los traslados de las oficinas al actual edificio municipal.
Algo más acerca de la Toponimia de Nancagua y sus alrededores.
Nancagua: Según algunos autores significa tierra de perdición o lugar donde algo se ha perdido. Puede deberse esto a que hasta aquí llegaba el camino del Inca para algunos, es decir más al sur como asentamientos no existía, tal vez lo perdido era el camino. Puede ser también que por las incursiones de los chiquillanes al Inca o bien a los promaucaes les robaran sus pertenencias y como hacían sus atracos de forma muy sutil, sin violencia, pueden haber pasado muchas cosas que se consideraban más bien una pérdida que un asalto; desconozco si existe una raíz etimológica que pueda justificar este significado.
Otros indican que significa “lugar de animales en celo”, que vendría del vocablo Nangkan-waka, palabra compuesta que significa específicamente vaca en celo. Este nombre tiene su asidero en que en tiempos pretéritos se llevaban animales a las empastadas de verano en la zona de la precordillera. Desde la zona costera se arriaba a dichos animales y las hembras que estaban en celo se dejaban en Nancagua para ser cubiertas por los machos y enseguida se llevaban a la veranada. Se justifica esto pues la localidad de Placilla – al oriente de Nancagua – se llamaba anteriormente La Placilla de Nancagua y era donde arrieros y animales dormían pasando la noche para madrugar enseguida y comenzar la subida por Puente Negro. Ahora bien, Nancagua aparece nombrada casi al inicio de la Conquista, en ese tiempo no había esta práctica ganadera, según parece, es después que aparece este significado, justamente para justificar este tipo de prácticas pecuarias.
Otra acepción para Nancagua vendría del vocablo mapuche Ñamku, que significa aguilucho, que al completar como Ñamkuhue, sería lugar de aguiluchos o con forma de aguilucho, según algunos autores; con el tiempo habría derivado al nombre actual Nancagua.
Se ha conocido también el significado de “Salto de agua”, pero no tiene ningún asidero ni de raíz toponímica ni de accidente geográfico.
Hay algunos autores que indican que sería “Lugar de Nalcas”, no sería lo más lógico ya que en esta zona no hay nalcas.
Estudios recientes (Llanca 2011) señalan que su significado sería “sembrado de maíz” o “lugar donde hay maíz”. El vocablo Mapuche Dungún: Ngankan-uwa [Ngankan = sementera o sembrado y Uwa = maíz]. Este sería el significado más cercano a la realidad ya que se sabe que el Inca habría llegado hasta esta zona y traía con él el maíz, como también es conocido que desde esta zona eran llevadas semillas de esta gramínea hacia zonas más al sur ya que su cultivo también estaba arraigado más al sur (actual séptima región).
YÁQUIL: Yakül. Localidad situada al norte de Nancagua. Se refiere el nombre del árbol Ulex europaeus (Yáquil o Espinillo). Arbusto ramnáceo, espinoso; sus raíces se usaban como jabón para lavar tejidos de lana. Esta es la zona de los primeros asentamientos de Nancagua, ya que queda en la ribera norte del río Tinguiririca.
PUQUILLAY: Pu Küllay. Existen dos localidades con este nombre: Puquillay Alto y Bajo. Se encuentran en la parte sur de Nancagua. Su significado más cercano sería lugar de quillayes, o sitio donde hay quillayes. Referido al árbol Quillaja saponaria.
CUNACO: Küna-ko. Localidad situada al sur poniente de Nancagua. Su significado sería paja con agua o paja mojada. Sabido es que en estas zonas había muchos puquios, que no se entiende como el significado de manantial, sino más bien como zonas de aguas superficiales en las que obviamente existía totora o más bien juncos de caña delgada, en ese caso su significado sería juncal.
LA RUCA: Localidad del sur poniente de Nancagua. Obviamente su significado sería “La Casa”.
RUCATALCA: Ruka-Tralkan. Cerro de gran altura que es límite geográfico norte de Nancagua. Su significado. “La Casa del Trueno”. Muy justificado el nombre ya que cuando hay tormenta y los truenos se sitúan en el cajón de cerros el sonido se amplifica naturalmente y resulta muy poderoso y para algunos aterrador.
PUCUDEGUA: Pu-Dewü. Localidad de la zona oriente de Nancagua, su significado se refiere al roedor, es decir lugar de lauchas o ratones. No olvidar que el degú (foto adjunta) justamente su nombre científico es octodon degus. Ratón de cola peluda.
MILLAHUE: Milla-we. Zona norte poniente de Nancagua, casi no hay asentamientos humanos, es faldeo de cerros. Lugar donde hay oro es su significado más acertivo.
TINGUIRIRICA: Río que atraviesa la comuna de Nancagua de oriente a poniente. Su significado sería “Zorro vacilante al caminar y entumecido”.
Tuesday, April 03, 2012
HIMNO DE NANCAGUA

Ciudad nuestra, de gran señorío
tierra hermosa en calor y amistad.
En la flauta armoniosa del viento,
este canto de luz matinal.
Son tus campos graciosos viñedos
tabacares tejidos de sol
las granadas y rubias espigas,
un preciado regalo de Dios.
En Nancagua una hirviente colmena,
tierra henchida de luz y emoción.
Los naranjos que pueblan tus calles,
un milagro de gracia y color.
Puquillay es un cerro de gracia,
allí flora la Paz, la Oración.
En diciembre la Virgen María
lo convierten santuario de amor.
Tierra orlada de ricos frutales,
tibio huerto bronceado de sol.
Hoy mis labios musitan tu nombre,
y la brisa remeda un adiós.
El abrazo del Tinguiririca,
es augurio de prosperidad,
de trabajo, de esfuerzo y riqueza,
de un futuro más grande y cordial.
La letra de este Himno corresponde a: José Vargas B. y su música a René Benavides.
Acerca de la Toponimia de Nancagua
Mis querido amigos, recientes estudios acerca de la Toponimia de Nancagua nos hacen dar una nueva mirada al nombre de nuestra ciudad. Estos nuevos estudios nos dicen que Nancagua significa "Maizal" o "Sementera de Maíz". Me comprometo a averiguar bien ya que se me regaló una publicación, estudiaré los contenidos y les daré nuevas noticias.
Monday, September 14, 2009
Friday, March 09, 2007
LA ESCUELA DE NIÑAS DE NANCAGUA
LA ESCUELA SUPERIOR Nº 41 DE NIÑAS DE NANCAGUA.
UNA MIRADA A SU HISTORIA.
Según un artículo que data del año 1956, esta Escuela es una de las más antiguas de la Comuna y por lo tanto, ha sido la “cuna de la cultura de nuestro pueblo”, según lo señala la revista Pinceladas Nancagüinas editada el año 1956. Funcionó en varios lugares. Con el terremoto de 1906 resultó totalmente destruida.
Según señala la publicación citada en el párrafo precedente, el artículo abarca el periodo de 1905 hasta 1956. Allí se nombra a las directoras que pasaron por este Establecimiento Educacional, que a saber son las siguientes: Señora Pabla S. de Ramírez, Señora María Luisa González, Señora Margarita Arriagada de Soto, Señora Elcira Salces, Señora Zoila Medina, Señora Herminia Sepúlveda, Señora Emilia Alegre de Toro y la Señora Flor López de Quinteros.
PERIODO DE 1957 A 1984.
La Fotografía muestra a las profesoras de la Escuela Nº 41 Superior de Niñas.
De Izquierda a Derecha: De pie: Silvia Gaete, Margarita Sánchez, Yolanda Zárate, Ida Rojas, Alicia Jiménez, Alicia Jones e Hilda Venegas.
De Izquierda a Derecha: Sentadas: Sonia González, Ana María Sepúlveda, Flor López (Directora), Rosa Videla y Marta Álvarez.
La fotografía fue tomada el día 30 de junio de 1959.
En los primeros años de este periodo, seguía en la Dirección del Establecimiento la Señora Flor López de Quinteros.
Funcionaba en el local que hoy conocemos. Lucía muy hermosa, pasillos relucientes plantas y flores en cada rincón, un gimnasio muy bien mantenido, patios limpios y salas muy incentivadoras gracias a la creatividad de las profesoras. Se trabajaba todo el día en dos jornadas: Durante la mañana desde las 09:00 hrs. a las 12:00 hrs. y en la tarde desde las 14:00 hrs. hasta las 17:00 hrs.
Las niñas, con albos y almidonados delantales se distribuían en nueve cursos desde Kinder a Sexto de Preparatoria o Primario más el Grado Vocacional y las clases de Economía Doméstica. La matrícula sumaba aproximadamente 350 alumnas, que comenzaban cada día lunes su semana de clases izando el Pabellón Patrio y entonando nuestro Himno Nacional junto a todas sus profesoras y en un ambiente de profundo respeto.
El Grado Vocacional era para las niñas que habían terminado el sexto año, en aquellos días no se viajaba a estudiar a otros lugares, no había la locomoción que hoy día conocemos. En este curso se enseñaba corte y confección, lencería y bordados. Algunas alumnas egresadas, hoy, con los conocimientos adquiridos, trabajan en casa y hacen un importante aporte económico a sus hogares.
Las clases de economía doméstica eran para las niñas de los cursos superiores. Allí aprendían a cocinar platos sencillos y algunas reglas de buen comportamiento en la mesa. Al final del año preparaban conservas de frutas, licores, queques, tortas, etc.
Hasta aproximadamente el año 60, la matrícula se hacía a domicilio, las profesoras se repartían de dos en dos recorriendo las calles del pueblo y de los sectores de los alrededores como La Orilla, Callejones, El Cardal, El Carmen y otros. Esto significaba un pequeño sacrificio, el que era compensado con el agrado de conocer dónde vivían las alumnas y conversar con sus padres, lo que enriquecía la relación padres, niñas y profesoras.
La convivencia en el grupo de profesoras era muy armónica. Se compartía periódicamente. El ambiente era muy agradable y la Escuela era el centro de todo. Como requisito indispensable, la profesora debía vivir en el lugar de trabajo. Esta situación permitió, que junto a la Directiva del Centro de Padres, se formara un grupo de Teatro y con los Profesores de la Escuela vecina un Coro, el que hizo su primera presentación para el “Día del Maestro” de 1960 en el Teatro Municipal de Nancagua.
Por estos años, la Escuela organizaba una Velada Anual para reunir algunos fondos para las necesidades que se presentaran. Esta velada era un gran acontecimiento para la comunidad.
Cada profesora debía preparar un número artístico. La Señora Directora también. Para el gran día, se invitaba a las autoridades y el público repletaba las aposentadurías del Teatro. El Centro de Padres cumplía una importante colaboración en esta actividad.
Para cerrar el año escolar, la Directora con el Consejo de Profesoras, organizaban dos actividades que involucraban a toda la comunidad escolar: La Revista de Gimnasia y la Exposición de Trabajos, a ambos se invitaba a las autoridades, padres y apoderados y a todos los vecinos de la comuna.
En la Revista de Gimnasia participaban las alumnas de cursos superiores. Los cursos inferiores participaban dramatizando algún cuento o interpretando canciones infantiles.
En la Exposición se presentaban todos los trabajos realizados por cada curso. Éstos se presentaban en cada sala de clases y cada sala lucía un motivo central ingenioso y concordante con el curso correspondiente.
Llamaban la atención, en forma especial las salas del Grado Vocacional con sus confecciones y bordados, especialmente las camisas de dormir y grandes manteles.
La sala de Economía Doméstica era muy admirada por el colorido de sus trabajos: frutas en conserva, licores de diversos colores y sabores y tortas artísticamente decoradas. Todos estos trabajos se realizaban en una vieja cocina a leña que, además, estaba en deplorables condiciones.
Aproximadamente en el año 1962, la Señora Flor López de Quintero, se traslada a San Fernando. En su lugar llega la nueva Directora la Señora Marta Cuevas Morales.
La Fotografía muestra la Fachada de la Escuela Nº 41 Superior de Niñas un día lunes antes del acto matinal. La fotografía data de la década del sesenta. La mayor parte de las actividades continuaron realizándose según las indicaciones del Ministerio de Educación.
Hasta el año 1966, la Escuela funcionaba con los cursos de Kinder a sexto año de preparatoria. En 1967, se aumentaron los años de escolaridad a ocho años. Se crearon los cursos de Séptimo y Octavo año Básico. Algunas profesoras debieron ir a perfeccionarse para atender las asignaturas de los nuevos cursos y en general se notaron cambios en el trabajo. La Dirección Provincial de Educación comenzó a ofrecer perfeccionamiento para profesores, en ellos, participaban de forma voluntaria aquellos profesionales que quisieran estar más al día en las materias.
A estas alturas, Nancagua estaba creciendo en población y la locomoción entre las ciudades vecinas había aumentado considerablemente. Esto permitió que llegaran nuevas profesoras que viajaban diariamente desde San Fernando y Santa Cruz.
La capacidad de la escuela se hizo insuficiente, hubo que improvisar salas, se cerraron un extremo del gimnasio y algunos pasillos. Lo único que importaba era atender bien a las alumnas.
Cabe destacar una vez más que en estos tiempos la relación entre alumnas, profesoras y apoderados era muy hermosa y enriquecedora, era realmente una familia donde reinaba el cariño y el respeto mutuo.
Con el tiempo vino también el cambio de uniforme, se comenzaron a usar la blusa blanca, el jumper azul marino y el delantal de cuadrillé azul.
Las actividades extraprogramáticas también fueron variando según el cambio de los Planes y Programas del Ministerio de Educación.
La Directora, Señora Marta Cuevas M., se traslada a la ciudad de Santiago y queda en la Dirección de la Escuela la Señora Ana María Sepúlveda Cepeda.
El establecimiento sigue siendo el único centro educativo femenino. Su participación en las diferentes actividades de la comuna era imprescindible. Las niñas aportaban con su frescura y elegancia al brillo de los desfiles del 21 de mayo y 18 de septiembre como a cualquiera otra actividad en que participaran a nivel comunal, luciendo con orgullo su estandarte.
El nombre de Escuela Superior de Niñas Nº 41, dura hasta el año 1978. En el año 1979, el Ministerio de Educación hace una nueva clasificación de los Establecimientos Educacionales, en esta oportunidad de acuerdo a la cantidad de alumnos matriculados, y nuestra querida Escuela Nº 41 de Niñas se convierte en la Escuela Básica E-465.
Siguió manteniendo su calidad. Por sus aulas han pasado muchas y excelentes Profesoras Normalistas, venidas de distintas zonas de nuestro país.
También por estas aulas han pasado brillantes alumnas que amaron y aman su Escuela entrañablemente y que aún la recuerdan con nostalgia y con cariño.
¿Cómo se siente una profesora que al encontrarse con una de sus alumnas después de muchos años le dice: Señorita, usted está entre los más queridos recuerdos de mi infancia?
Muchas alumnas egresadas de esta Escuela, lograron seguir estudiando hasta convertirse en Profesionales de la Educación, Médicos, Abogadas, etc y así insertarse en los diferentes ámbitos de la vida nacional.
En el año 1978, la Directora Señora Ana María Sepúlveda, producto de una grave enfermedad, deja de existir, provocando gran dolor en la comunidad educativa y en toda la ciudad de Nancagua. Asume la Dirección la Señora Fanny Leyton Toro. La Escuela E-465, sigue trabajando en pro de mejorar cada día, siguiendo las innovaciones del Ministerio de Educación.
En el año 1984 nace un colegio Particular Subvencionado mixto, el que viene a competir en la matrícula de las niñas.
El 1 de septiembre de 1984 se fusionan las Escuelas E-465 con la Escuela E-469, antiguamente la Escuela Nº 49 de hombres, naciendo así la Escuela Básica Consolidada, posteriormente rebautizada como Colegio Básico Consolidado, que en la actualidad ocupa ambos edificios.
Jorge Urzúa Contreras.
Los datos han sido obtenidos de:
Sra. Yolanda Zárate Calderón
Profesora Normalista.
Ex – Directora Colegio Básico Consolidado.
UNA MIRADA A SU HISTORIA.
Según un artículo que data del año 1956, esta Escuela es una de las más antiguas de la Comuna y por lo tanto, ha sido la “cuna de la cultura de nuestro pueblo”, según lo señala la revista Pinceladas Nancagüinas editada el año 1956. Funcionó en varios lugares. Con el terremoto de 1906 resultó totalmente destruida.
Según señala la publicación citada en el párrafo precedente, el artículo abarca el periodo de 1905 hasta 1956. Allí se nombra a las directoras que pasaron por este Establecimiento Educacional, que a saber son las siguientes: Señora Pabla S. de Ramírez, Señora María Luisa González, Señora Margarita Arriagada de Soto, Señora Elcira Salces, Señora Zoila Medina, Señora Herminia Sepúlveda, Señora Emilia Alegre de Toro y la Señora Flor López de Quinteros.
PERIODO DE 1957 A 1984.
La Fotografía muestra a las profesoras de la Escuela Nº 41 Superior de Niñas.
De Izquierda a Derecha: De pie: Silvia Gaete, Margarita Sánchez, Yolanda Zárate, Ida Rojas, Alicia Jiménez, Alicia Jones e Hilda Venegas.
De Izquierda a Derecha: Sentadas: Sonia González, Ana María Sepúlveda, Flor López (Directora), Rosa Videla y Marta Álvarez.
La fotografía fue tomada el día 30 de junio de 1959.
En los primeros años de este periodo, seguía en la Dirección del Establecimiento la Señora Flor López de Quinteros.
Funcionaba en el local que hoy conocemos. Lucía muy hermosa, pasillos relucientes plantas y flores en cada rincón, un gimnasio muy bien mantenido, patios limpios y salas muy incentivadoras gracias a la creatividad de las profesoras. Se trabajaba todo el día en dos jornadas: Durante la mañana desde las 09:00 hrs. a las 12:00 hrs. y en la tarde desde las 14:00 hrs. hasta las 17:00 hrs.
Las niñas, con albos y almidonados delantales se distribuían en nueve cursos desde Kinder a Sexto de Preparatoria o Primario más el Grado Vocacional y las clases de Economía Doméstica. La matrícula sumaba aproximadamente 350 alumnas, que comenzaban cada día lunes su semana de clases izando el Pabellón Patrio y entonando nuestro Himno Nacional junto a todas sus profesoras y en un ambiente de profundo respeto.
El Grado Vocacional era para las niñas que habían terminado el sexto año, en aquellos días no se viajaba a estudiar a otros lugares, no había la locomoción que hoy día conocemos. En este curso se enseñaba corte y confección, lencería y bordados. Algunas alumnas egresadas, hoy, con los conocimientos adquiridos, trabajan en casa y hacen un importante aporte económico a sus hogares.
Las clases de economía doméstica eran para las niñas de los cursos superiores. Allí aprendían a cocinar platos sencillos y algunas reglas de buen comportamiento en la mesa. Al final del año preparaban conservas de frutas, licores, queques, tortas, etc.
Hasta aproximadamente el año 60, la matrícula se hacía a domicilio, las profesoras se repartían de dos en dos recorriendo las calles del pueblo y de los sectores de los alrededores como La Orilla, Callejones, El Cardal, El Carmen y otros. Esto significaba un pequeño sacrificio, el que era compensado con el agrado de conocer dónde vivían las alumnas y conversar con sus padres, lo que enriquecía la relación padres, niñas y profesoras.
La convivencia en el grupo de profesoras era muy armónica. Se compartía periódicamente. El ambiente era muy agradable y la Escuela era el centro de todo. Como requisito indispensable, la profesora debía vivir en el lugar de trabajo. Esta situación permitió, que junto a la Directiva del Centro de Padres, se formara un grupo de Teatro y con los Profesores de la Escuela vecina un Coro, el que hizo su primera presentación para el “Día del Maestro” de 1960 en el Teatro Municipal de Nancagua.
Por estos años, la Escuela organizaba una Velada Anual para reunir algunos fondos para las necesidades que se presentaran. Esta velada era un gran acontecimiento para la comunidad.
Cada profesora debía preparar un número artístico. La Señora Directora también. Para el gran día, se invitaba a las autoridades y el público repletaba las aposentadurías del Teatro. El Centro de Padres cumplía una importante colaboración en esta actividad.
Para cerrar el año escolar, la Directora con el Consejo de Profesoras, organizaban dos actividades que involucraban a toda la comunidad escolar: La Revista de Gimnasia y la Exposición de Trabajos, a ambos se invitaba a las autoridades, padres y apoderados y a todos los vecinos de la comuna.
En la Revista de Gimnasia participaban las alumnas de cursos superiores. Los cursos inferiores participaban dramatizando algún cuento o interpretando canciones infantiles.
En la Exposición se presentaban todos los trabajos realizados por cada curso. Éstos se presentaban en cada sala de clases y cada sala lucía un motivo central ingenioso y concordante con el curso correspondiente.
Llamaban la atención, en forma especial las salas del Grado Vocacional con sus confecciones y bordados, especialmente las camisas de dormir y grandes manteles.
La sala de Economía Doméstica era muy admirada por el colorido de sus trabajos: frutas en conserva, licores de diversos colores y sabores y tortas artísticamente decoradas. Todos estos trabajos se realizaban en una vieja cocina a leña que, además, estaba en deplorables condiciones.
Aproximadamente en el año 1962, la Señora Flor López de Quintero, se traslada a San Fernando. En su lugar llega la nueva Directora la Señora Marta Cuevas Morales.
La Fotografía muestra la Fachada de la Escuela Nº 41 Superior de Niñas un día lunes antes del acto matinal. La fotografía data de la década del sesenta. La mayor parte de las actividades continuaron realizándose según las indicaciones del Ministerio de Educación.
Hasta el año 1966, la Escuela funcionaba con los cursos de Kinder a sexto año de preparatoria. En 1967, se aumentaron los años de escolaridad a ocho años. Se crearon los cursos de Séptimo y Octavo año Básico. Algunas profesoras debieron ir a perfeccionarse para atender las asignaturas de los nuevos cursos y en general se notaron cambios en el trabajo. La Dirección Provincial de Educación comenzó a ofrecer perfeccionamiento para profesores, en ellos, participaban de forma voluntaria aquellos profesionales que quisieran estar más al día en las materias.
A estas alturas, Nancagua estaba creciendo en población y la locomoción entre las ciudades vecinas había aumentado considerablemente. Esto permitió que llegaran nuevas profesoras que viajaban diariamente desde San Fernando y Santa Cruz.
La capacidad de la escuela se hizo insuficiente, hubo que improvisar salas, se cerraron un extremo del gimnasio y algunos pasillos. Lo único que importaba era atender bien a las alumnas.
Cabe destacar una vez más que en estos tiempos la relación entre alumnas, profesoras y apoderados era muy hermosa y enriquecedora, era realmente una familia donde reinaba el cariño y el respeto mutuo.
Con el tiempo vino también el cambio de uniforme, se comenzaron a usar la blusa blanca, el jumper azul marino y el delantal de cuadrillé azul.
Las actividades extraprogramáticas también fueron variando según el cambio de los Planes y Programas del Ministerio de Educación.
La Directora, Señora Marta Cuevas M., se traslada a la ciudad de Santiago y queda en la Dirección de la Escuela la Señora Ana María Sepúlveda Cepeda.
El establecimiento sigue siendo el único centro educativo femenino. Su participación en las diferentes actividades de la comuna era imprescindible. Las niñas aportaban con su frescura y elegancia al brillo de los desfiles del 21 de mayo y 18 de septiembre como a cualquiera otra actividad en que participaran a nivel comunal, luciendo con orgullo su estandarte.
El nombre de Escuela Superior de Niñas Nº 41, dura hasta el año 1978. En el año 1979, el Ministerio de Educación hace una nueva clasificación de los Establecimientos Educacionales, en esta oportunidad de acuerdo a la cantidad de alumnos matriculados, y nuestra querida Escuela Nº 41 de Niñas se convierte en la Escuela Básica E-465.
Siguió manteniendo su calidad. Por sus aulas han pasado muchas y excelentes Profesoras Normalistas, venidas de distintas zonas de nuestro país.
También por estas aulas han pasado brillantes alumnas que amaron y aman su Escuela entrañablemente y que aún la recuerdan con nostalgia y con cariño.
¿Cómo se siente una profesora que al encontrarse con una de sus alumnas después de muchos años le dice: Señorita, usted está entre los más queridos recuerdos de mi infancia?
Muchas alumnas egresadas de esta Escuela, lograron seguir estudiando hasta convertirse en Profesionales de la Educación, Médicos, Abogadas, etc y así insertarse en los diferentes ámbitos de la vida nacional.
En el año 1978, la Directora Señora Ana María Sepúlveda, producto de una grave enfermedad, deja de existir, provocando gran dolor en la comunidad educativa y en toda la ciudad de Nancagua. Asume la Dirección la Señora Fanny Leyton Toro. La Escuela E-465, sigue trabajando en pro de mejorar cada día, siguiendo las innovaciones del Ministerio de Educación.
En el año 1984 nace un colegio Particular Subvencionado mixto, el que viene a competir en la matrícula de las niñas.
El 1 de septiembre de 1984 se fusionan las Escuelas E-465 con la Escuela E-469, antiguamente la Escuela Nº 49 de hombres, naciendo así la Escuela Básica Consolidada, posteriormente rebautizada como Colegio Básico Consolidado, que en la actualidad ocupa ambos edificios.
Jorge Urzúa Contreras.
Los datos han sido obtenidos de:
Sra. Yolanda Zárate Calderón
Profesora Normalista.
Ex – Directora Colegio Básico Consolidado.
Thursday, March 08, 2007
LAS CALLES DE NANCAGUA Y SU HISTORIA
UNA MIRADA HISTÓRICA A LAS CALLES DE NANCAGUA.
“Sobre la Tierra no había caminos;
han sido hechos por el gran número de transeúntes”
LunXun. Escritor chino
Con esta frase de este autor oriental quiero iniciar este relato que habla de las calles y caminos que han transitado las generaciones en Nancagua; quiero señalar así que primero fueron los hombres y mujeres y enseguida los caminos que nacieron senderos hasta transformarse hoy en avenidas.
La llegada de los colonizadores españoles a esta zona se concretó apenas unos años después del descubrimiento de Chile. Habitaban esta zona unas tribus muy pacíficas dedicadas a la recolección, escasamente al trabajo de la tierra y especialmente a la caza. La encomienda de Nancagua, por una cuestión más bien geográfica dado el recorrido del Río Tinguiririca, se hizo a las orillas de este, a saber en lo que hoy conocemos como Yáquil y la parte de Callejones del Río. Luego el establecimiento de las encomiendas hicieron necesaria la instalación de una ciudad, que obviamente se instaló alrededor de las casas de los encomenderos y de acuerdo al sistema propio de los españoles, es decir un centro cívico a partir del cual se desarrollaba una ciudad. Cabe hacer notar que el diseño propio de una plaza rodeada por una Casa de Gobierno, un Templo Parroquial y otras dependencias de gobierno como la Policía o la Estafeta o Correo. En Nancagua la ciudad comienza a crecer a partir de un Templo Parroquial y desde allí comienza a desarrollarse hacia el oriente y el norte, creando un centro poblado que en la actualidad comprendería las calles Juana Ross por el poniente Cura Montero y 21 de Mayo por el norte, Av. Yáquil por el oriente, continuando por Florencio Valdés una pequeña parte y cerrando el polígono la Av. Armando Jaramillo, posteriormente se conectó el centro con la Estación de Ferrocarriles, dicha conexión se realizó por la Avenida que conocemos hoy con el nombre de José Domingo Jaramillo. Este fue el núcleo de ciudad desde el que se comenzó a desarrollar nuestra ciudad de Nancagua.
11 de Mayo de 1894. Ya en esta fecha se hace necesario dar un orden establecido a Nancagua, es así como en esta fecha se procedió a fijar los limites urbanos de la ciudad de Nancagua quedando demarcados los siguientes: por el Norte el canal de la Hacienda de Nancagua – este canal aún existe, hoy se llama Canal Nancagua y es el que recorre parte de la Villa Horizonte y el terreno del Liceo Juan Pablo II -, por el Sur, el camino del ferrocarril – esta ruta no está muy clara en las descripciones pero se supone que sería la hoy Carretera I-50 o un trazado cercano a ella más cercano al norte que el trazado actual que sólo data de los inicios de los años 60 -, por el Oriente, la Avenida de Yáquil y Poniente la línea recta desde la parte alta del Canal de Nancagua hasta el mismo camino de la línea férrea.
En septiembre de 1894, doña Juana Ross de Edwards, hace una importante donación de parte de sus terrenos, allí se consolidará definitivamente el Cementerio Municipal de Nancagua, provocando de esta manera la proyección de la actual calle Cura Montero, que en aquel entonces era la vía que unía a San Fernando con Santa Cruz – Camino Viejo -, no olvidemos que la carretera I-50 tiene sólo algo más de 40 años. La antigua vía de unión San Fernando Santa Cruz, es lo que hoy conocemos como el “camino viejo”, que une Nancagua y Callejones ‘por dentro’, sigue en Chacarillas y desde allí a Placilla. No olvidemos que también antiguamente el camino a San Fernando estaba por “Lo Moscoso” y el río Tinguiririca se atravesaba por el sector de la prolongación de la Avenida Yáquil, de allí su nombre, hoy la zona de la parcela de la familia Zamora, cercano al complejo deportivo del Club Deportivo Magallanes.
Esta instancia de delimitar el centro urbano de Nancagua, crea la necesidad de otorgar un suplemento en dinero a la Municipalidad de Nancagua, con el fin de: “levantar un plano de la población de Nancagua”
Las continuas crecidas del río Tinguiririca, llevan a que el 26 de enero del año 1900, se reciba la solicitud de los vecinos de la comuna, quienes solicitan se construya un puente sobre el citado caudal que una las localidades de Apalta y Yáquil con el Camino Público de Nancagua a la Costa, en un principio este puente se diseñó para que fuera ubicado en el sector donde hoy se encuentra un paso natural a Yáquil – final del camino extensión de la avenida Yáquil -, posteriormente se decidió ubicarlo en La Gloria, sitio donde permanece hasta hoy.
En octubre del mismo año se recibe una importante solicitud proveniente de la vecina comuna de Chépica, se solicita allí una contribución de nuestra municipalidad para construir un puente sobre el Estero Chimbarongo que una así permanentemente ambos territorios comunales. La respuesta afirmativa, se hace esperar, el 25 de mayo de 1902, se recibe una misiva que señala que será el Estado de Chile quién se hará cargo de la construcción del puente, el que estará ubicado en el sector de la Uva Blanca.
En el año 1902, se inician las gestiones para lograr abrir una calle que una el centro de Nancagua con la Estación de Ferrocarriles, para ello, se hacen las ofertas del caso al dueño de los terrenos el señor Heraclio Sanhueza. A fines del año 1902, aún subsisten problemas legales que atrasan la apertura de esta calle, que ya se le conoce con el nombre de Calle Nueva, que es la actual calle Manuel Rodríguez.
En Julio de 1908 se notifica a doña Antonia Sanhueza viuda de Guzmán, para que permita, acto continuo, la apertura del camino que le ha comprado el fisco y que de acceso al Puente de la Uva Blanca, ya que a la fecha no se puede hacer efectiva la conexión de las vías.
Según parece los inviernos de los años 1912 y 1913 fueron especialmente duros y causaron innumerables daños en los caminos de Nancagua ya que durante el año 1913 se destinaron en dos oportunidades fondos municipales para reparar los caminos y calles de Nancagua que se encontraban profundamente deteriorados. En el año 1914 las condiciones climáticas empeoran significativamente, Nancagua queda prácticamente aislado durante ese invierno, los temporales han cortado los caminos y las avenidas se han llevado los puentes. El año 1915 cuenta con una larga lista de destinación de fondos para la reparación de caminos y puentes.
Enero de 1916, es una fecha que vino a cambiar la cara de la ciudad. La Municipalidad de Nancagua ha solicitado a una gran cantidad de vecinos que destruya los corredores de sus casas para construir las veredas de la ciudad donde no existan y la reparación de las mismas allí donde ya se hayan construido, las veredas según acuerdo del Consejo serán en su totalidad asfaltadas. Hoy podemos ver algunos vestigios de dichos corredores en la casa ubicada en el centro de Nancagua casi enfrente del Teatro Municipal y en la avenida 21 de mayo frente al antiguo molino de Nancagua.
En mayo de 1916 con motivo del fallecimiento del Primer Alcalde don José Domingo Jaramillo. Se acuerda enviar sentidas condolencias a su viuda y familia. Se acuerda colocar el retrato del Alcalde fallecido en la sala de sesiones por haber sido el Primer Alcalde de esta Municipalidad desde 1894 en que recién fue dictada la Ley que le declara comuna autónoma. Se rinde un homenaje en el recuerdo de su obra fecunda en bien de los Nancagüinos. Una de las avenidas llevará su nombre.
A fines de 1918 la Municipalidad pedirá al Honorable Consejo de Ferrocarriles el cierre definitivo de la bodega de carga de la estación, como asimismo, un cierre de circunvalación y reparación de los caminos que dan acceso al recinto estación. Se enviaran las respectivas notas y escritos.
El día 27 de Abril de 1919 El Sr. Alcalde don Bernardo Gajardo trae a la actualidad un punto tratado en sesiones anteriores del mes de Mayo de 1916, en el sentido de tributar un homenaje al Alcalde de aquella época don José Domingo Jaramillo en el sentido de dar el nombre de este Alcalde a una Avenida del pueblo. En aquella ocasión no se pudo llevar a la practica por oposición de la ley vigente, y ya cumplido el plazo que fija la ley seria la ocasión de tomar en consideración esta moción, que la asamblea aprueba y se procede a colocar el nombre al resto de las calles de esta comuna quedando como sigue: la calle central llamada por el público “calle del comercio”, desde las casas de la hacienda Nancagua hasta la Avenida Yáquil se denominará Avenida Nancagua – hoy Avenida Armando Jaramillo - La llamada calle nueva se llamara Manuel Rodríguez, La Calle del Estado, se llamara Dieciocho de Septiembre, La Villa del Covil, se llamara 21 de Mayo, la calle al lado norte de la estación, se llamara Nancagua, y desde las casas de la Hacienda Nancagua ,hasta el puente del cementerio se llamara Juana Ross de Edwards. La calle denominada de la estación, queda designada con el nombre de José Domingo Jaramillo.
Se deja constancia que el nombre de estas calles, empezara a regir desde el día en que el Supremo Gobierno apruebe el plano de la población que se presentará oportunamente. No pasó mucho tiempo ya en la década del 20 el centro de Nancagua se conforma casi como lo conocemos hoy, sólo vendría un gran cambio al inicio de los años 60, este sería la construcción de la carretera que vendría a transformarse en un tronco de desarrollo entre San Fernando y Santa Cruz, la carretera I-50. A finales de los años 60 se constituye la base de tres centros de desarrollo urbano en el sector oriente de Nancagua, a saber La Población Cardenal José María Caro, Nancagua Limitada y Carlos Iribarne. Naciendo así un nuevo cordón de calles donde destacan especialmente las dos vías de comunicación con la carretera I-50 de oriente a poniente Avenida Arturo Prat y la avenida O´Higgins.
Muchos han sido los hombres y mujeres que han transitado estas calles, entre ellos Santa Teresa de Jesús de los Andes, el Cardenal José María Caro y tantos otros que han pisado nuestras calles y veredas y luego pusieron sus pasos en los libros de la historia nacional e internacional.
Jorge René Urzúa Contreras.
Dpto. Ext. Cultural.
Casa de la Cultura
Nancagua.
“Sobre la Tierra no había caminos;
han sido hechos por el gran número de transeúntes”
LunXun. Escritor chino
Con esta frase de este autor oriental quiero iniciar este relato que habla de las calles y caminos que han transitado las generaciones en Nancagua; quiero señalar así que primero fueron los hombres y mujeres y enseguida los caminos que nacieron senderos hasta transformarse hoy en avenidas.
La llegada de los colonizadores españoles a esta zona se concretó apenas unos años después del descubrimiento de Chile. Habitaban esta zona unas tribus muy pacíficas dedicadas a la recolección, escasamente al trabajo de la tierra y especialmente a la caza. La encomienda de Nancagua, por una cuestión más bien geográfica dado el recorrido del Río Tinguiririca, se hizo a las orillas de este, a saber en lo que hoy conocemos como Yáquil y la parte de Callejones del Río. Luego el establecimiento de las encomiendas hicieron necesaria la instalación de una ciudad, que obviamente se instaló alrededor de las casas de los encomenderos y de acuerdo al sistema propio de los españoles, es decir un centro cívico a partir del cual se desarrollaba una ciudad. Cabe hacer notar que el diseño propio de una plaza rodeada por una Casa de Gobierno, un Templo Parroquial y otras dependencias de gobierno como la Policía o la Estafeta o Correo. En Nancagua la ciudad comienza a crecer a partir de un Templo Parroquial y desde allí comienza a desarrollarse hacia el oriente y el norte, creando un centro poblado que en la actualidad comprendería las calles Juana Ross por el poniente Cura Montero y 21 de Mayo por el norte, Av. Yáquil por el oriente, continuando por Florencio Valdés una pequeña parte y cerrando el polígono la Av. Armando Jaramillo, posteriormente se conectó el centro con la Estación de Ferrocarriles, dicha conexión se realizó por la Avenida que conocemos hoy con el nombre de José Domingo Jaramillo. Este fue el núcleo de ciudad desde el que se comenzó a desarrollar nuestra ciudad de Nancagua.
11 de Mayo de 1894. Ya en esta fecha se hace necesario dar un orden establecido a Nancagua, es así como en esta fecha se procedió a fijar los limites urbanos de la ciudad de Nancagua quedando demarcados los siguientes: por el Norte el canal de la Hacienda de Nancagua – este canal aún existe, hoy se llama Canal Nancagua y es el que recorre parte de la Villa Horizonte y el terreno del Liceo Juan Pablo II -, por el Sur, el camino del ferrocarril – esta ruta no está muy clara en las descripciones pero se supone que sería la hoy Carretera I-50 o un trazado cercano a ella más cercano al norte que el trazado actual que sólo data de los inicios de los años 60 -, por el Oriente, la Avenida de Yáquil y Poniente la línea recta desde la parte alta del Canal de Nancagua hasta el mismo camino de la línea férrea.
En septiembre de 1894, doña Juana Ross de Edwards, hace una importante donación de parte de sus terrenos, allí se consolidará definitivamente el Cementerio Municipal de Nancagua, provocando de esta manera la proyección de la actual calle Cura Montero, que en aquel entonces era la vía que unía a San Fernando con Santa Cruz – Camino Viejo -, no olvidemos que la carretera I-50 tiene sólo algo más de 40 años. La antigua vía de unión San Fernando Santa Cruz, es lo que hoy conocemos como el “camino viejo”, que une Nancagua y Callejones ‘por dentro’, sigue en Chacarillas y desde allí a Placilla. No olvidemos que también antiguamente el camino a San Fernando estaba por “Lo Moscoso” y el río Tinguiririca se atravesaba por el sector de la prolongación de la Avenida Yáquil, de allí su nombre, hoy la zona de la parcela de la familia Zamora, cercano al complejo deportivo del Club Deportivo Magallanes.
Esta instancia de delimitar el centro urbano de Nancagua, crea la necesidad de otorgar un suplemento en dinero a la Municipalidad de Nancagua, con el fin de: “levantar un plano de la población de Nancagua”
Las continuas crecidas del río Tinguiririca, llevan a que el 26 de enero del año 1900, se reciba la solicitud de los vecinos de la comuna, quienes solicitan se construya un puente sobre el citado caudal que una las localidades de Apalta y Yáquil con el Camino Público de Nancagua a la Costa, en un principio este puente se diseñó para que fuera ubicado en el sector donde hoy se encuentra un paso natural a Yáquil – final del camino extensión de la avenida Yáquil -, posteriormente se decidió ubicarlo en La Gloria, sitio donde permanece hasta hoy.
En octubre del mismo año se recibe una importante solicitud proveniente de la vecina comuna de Chépica, se solicita allí una contribución de nuestra municipalidad para construir un puente sobre el Estero Chimbarongo que una así permanentemente ambos territorios comunales. La respuesta afirmativa, se hace esperar, el 25 de mayo de 1902, se recibe una misiva que señala que será el Estado de Chile quién se hará cargo de la construcción del puente, el que estará ubicado en el sector de la Uva Blanca.
En el año 1902, se inician las gestiones para lograr abrir una calle que una el centro de Nancagua con la Estación de Ferrocarriles, para ello, se hacen las ofertas del caso al dueño de los terrenos el señor Heraclio Sanhueza. A fines del año 1902, aún subsisten problemas legales que atrasan la apertura de esta calle, que ya se le conoce con el nombre de Calle Nueva, que es la actual calle Manuel Rodríguez.
En Julio de 1908 se notifica a doña Antonia Sanhueza viuda de Guzmán, para que permita, acto continuo, la apertura del camino que le ha comprado el fisco y que de acceso al Puente de la Uva Blanca, ya que a la fecha no se puede hacer efectiva la conexión de las vías.
Según parece los inviernos de los años 1912 y 1913 fueron especialmente duros y causaron innumerables daños en los caminos de Nancagua ya que durante el año 1913 se destinaron en dos oportunidades fondos municipales para reparar los caminos y calles de Nancagua que se encontraban profundamente deteriorados. En el año 1914 las condiciones climáticas empeoran significativamente, Nancagua queda prácticamente aislado durante ese invierno, los temporales han cortado los caminos y las avenidas se han llevado los puentes. El año 1915 cuenta con una larga lista de destinación de fondos para la reparación de caminos y puentes.
Enero de 1916, es una fecha que vino a cambiar la cara de la ciudad. La Municipalidad de Nancagua ha solicitado a una gran cantidad de vecinos que destruya los corredores de sus casas para construir las veredas de la ciudad donde no existan y la reparación de las mismas allí donde ya se hayan construido, las veredas según acuerdo del Consejo serán en su totalidad asfaltadas. Hoy podemos ver algunos vestigios de dichos corredores en la casa ubicada en el centro de Nancagua casi enfrente del Teatro Municipal y en la avenida 21 de mayo frente al antiguo molino de Nancagua.
En mayo de 1916 con motivo del fallecimiento del Primer Alcalde don José Domingo Jaramillo. Se acuerda enviar sentidas condolencias a su viuda y familia. Se acuerda colocar el retrato del Alcalde fallecido en la sala de sesiones por haber sido el Primer Alcalde de esta Municipalidad desde 1894 en que recién fue dictada la Ley que le declara comuna autónoma. Se rinde un homenaje en el recuerdo de su obra fecunda en bien de los Nancagüinos. Una de las avenidas llevará su nombre.
A fines de 1918 la Municipalidad pedirá al Honorable Consejo de Ferrocarriles el cierre definitivo de la bodega de carga de la estación, como asimismo, un cierre de circunvalación y reparación de los caminos que dan acceso al recinto estación. Se enviaran las respectivas notas y escritos.
El día 27 de Abril de 1919 El Sr. Alcalde don Bernardo Gajardo trae a la actualidad un punto tratado en sesiones anteriores del mes de Mayo de 1916, en el sentido de tributar un homenaje al Alcalde de aquella época don José Domingo Jaramillo en el sentido de dar el nombre de este Alcalde a una Avenida del pueblo. En aquella ocasión no se pudo llevar a la practica por oposición de la ley vigente, y ya cumplido el plazo que fija la ley seria la ocasión de tomar en consideración esta moción, que la asamblea aprueba y se procede a colocar el nombre al resto de las calles de esta comuna quedando como sigue: la calle central llamada por el público “calle del comercio”, desde las casas de la hacienda Nancagua hasta la Avenida Yáquil se denominará Avenida Nancagua – hoy Avenida Armando Jaramillo - La llamada calle nueva se llamara Manuel Rodríguez, La Calle del Estado, se llamara Dieciocho de Septiembre, La Villa del Covil, se llamara 21 de Mayo, la calle al lado norte de la estación, se llamara Nancagua, y desde las casas de la Hacienda Nancagua ,hasta el puente del cementerio se llamara Juana Ross de Edwards. La calle denominada de la estación, queda designada con el nombre de José Domingo Jaramillo.
Se deja constancia que el nombre de estas calles, empezara a regir desde el día en que el Supremo Gobierno apruebe el plano de la población que se presentará oportunamente. No pasó mucho tiempo ya en la década del 20 el centro de Nancagua se conforma casi como lo conocemos hoy, sólo vendría un gran cambio al inicio de los años 60, este sería la construcción de la carretera que vendría a transformarse en un tronco de desarrollo entre San Fernando y Santa Cruz, la carretera I-50. A finales de los años 60 se constituye la base de tres centros de desarrollo urbano en el sector oriente de Nancagua, a saber La Población Cardenal José María Caro, Nancagua Limitada y Carlos Iribarne. Naciendo así un nuevo cordón de calles donde destacan especialmente las dos vías de comunicación con la carretera I-50 de oriente a poniente Avenida Arturo Prat y la avenida O´Higgins.
Muchos han sido los hombres y mujeres que han transitado estas calles, entre ellos Santa Teresa de Jesús de los Andes, el Cardenal José María Caro y tantos otros que han pisado nuestras calles y veredas y luego pusieron sus pasos en los libros de la historia nacional e internacional.
Jorge René Urzúa Contreras.
Dpto. Ext. Cultural.
Casa de la Cultura
Nancagua.
Thursday, June 22, 2006
NANCAGUA, UNA BREVE MIRADA A SU HISTORIA.
Junto con las huestes de Don Pedro de Valdivia, que llegó a Chile, como se sabe, a fines del año 1540, venía Don Francisco de Riveros y Figueres y su hijo Don José Riveros y Aguirre; ambos eran soldados; seguramente en el Perú la suerte no los trató del todo bien, y por eso reconocieron líneas en el pobrísimo ejército español con que el Conquistador de Chile emprendió la tarea homérica de dar un nuevo reino a la Madre España. Es así como padre e hijo, que venían a Chile no tanto para conquistar tierras a su rey, como para elaborarse fortuna y regresar ricos al viejo mundo, muy pronto hicieron valer sus méritos: dejaron sus armas a un lado, y el hijo, don José logró adjudicarse una merced de tierras en Nancagua. Llegó a estas tierras por el año 1560, y muy pronto se supo en Santiago, ciudad que se había fundado sólo 20 años antes, que don José iba de éxito en éxito en sus faenas como agricultor y minero. En más de una ocasión figuró con gruesas sumas de dinero en oro, que forzosamente tenía que entregar en préstamo al gobierno central para los gastos innumerables que demandaba la guerra contra Arauco.
Afortunadamente para don José los pueblos originarios de esta zona - indios promaucaes -, no eran tan guerreros como los del sur y los de las vecindades de Santiago; pudo trabajar tranquilamente, sin grandes problemas y amasar una fortuna que pronto lo hizo figurar entre los hombres más ricos y considerados de este reino. Después del año 1570, desaparecen las noticias de este, uno de los primeros habitantes conocidos de Nancagua.
Hacia fines del siglo XVI, de nuevo aparece Nancagua en el concierto nacional, la causa: Nancagua es el granero de Chile, pues surte de alimentos no tan sólo a Santiago, sino que a las huestes españolas que siguen la guerra en el sur. Es así como llega a Nancagua don Juan de Toledo y Mejía, hijo de una hidalga familia española que durante las sucesivas guerras venía de menos en peor. Don Juan de Toledo y Mejía consiguió entonces una merced de tierras en Nancagua y sumó los cargos de Teniente Corregidor y Gobernador (1579). Ello prueba que esta zona del reino era sumamente importante, transformándose don Juan en un agente de progreso para esta zona, se suceden en el cargo don Juan Sánchez Medón y Hernández (1607), Gregorio Fernández de Soto (1612), Simón Román de Tamayo (1625). Después de esta fecha el centro de poder se traslada más al norte y queda Nancagua como una gran hacienda, rodeada de otras menores que abarcaban casi todo lo que hoy es Colchagua.
Junto con las huestes de Don Pedro de Valdivia, que llegó a Chile, como se sabe, a fines del año 1540, venía Don Francisco de Riveros y Figueres y su hijo Don José Riveros y Aguirre; ambos eran soldados; seguramente en el Perú la suerte no los trató del todo bien, y por eso reconocieron líneas en el pobrísimo ejército español con que el Conquistador de Chile emprendió la tarea homérica de dar un nuevo reino a la Madre España. Es así como padre e hijo, que venían a Chile no tanto para conquistar tierras a su rey, como para elaborarse fortuna y regresar ricos al viejo mundo, muy pronto hicieron valer sus méritos: dejaron sus armas a un lado, y el hijo, don José logró adjudicarse una merced de tierras en Nancagua. Llegó a estas tierras por el año 1560, y muy pronto se supo en Santiago, ciudad que se había fundado sólo 20 años antes, que don José iba de éxito en éxito en sus faenas como agricultor y minero. En más de una ocasión figuró con gruesas sumas de dinero en oro, que forzosamente tenía que entregar en préstamo al gobierno central para los gastos innumerables que demandaba la guerra contra Arauco.
Afortunadamente para don José los pueblos originarios de esta zona - indios promaucaes -, no eran tan guerreros como los del sur y los de las vecindades de Santiago; pudo trabajar tranquilamente, sin grandes problemas y amasar una fortuna que pronto lo hizo figurar entre los hombres más ricos y considerados de este reino. Después del año 1570, desaparecen las noticias de este, uno de los primeros habitantes conocidos de Nancagua.
Hacia fines del siglo XVI, de nuevo aparece Nancagua en el concierto nacional, la causa: Nancagua es el granero de Chile, pues surte de alimentos no tan sólo a Santiago, sino que a las huestes españolas que siguen la guerra en el sur. Es así como llega a Nancagua don Juan de Toledo y Mejía, hijo de una hidalga familia española que durante las sucesivas guerras venía de menos en peor. Don Juan de Toledo y Mejía consiguió entonces una merced de tierras en Nancagua y sumó los cargos de Teniente Corregidor y Gobernador (1579). Ello prueba que esta zona del reino era sumamente importante, transformándose don Juan en un agente de progreso para esta zona, se suceden en el cargo don Juan Sánchez Medón y Hernández (1607), Gregorio Fernández de Soto (1612), Simón Román de Tamayo (1625). Después de esta fecha el centro de poder se traslada más al norte y queda Nancagua como una gran hacienda, rodeada de otras menores que abarcaban casi todo lo que hoy es Colchagua.